Afirmar esto puede sonar un poco egoísta, pero no es nada diferente a lo que se debe hacer en desarrollo de nuestro liderazgo integral. Dicho de otra forma, debemos ocuparnos primero de nosotros por dos razones fundamentales: La primera, es que en la medida que podamos garantizar que nuestra vida esté bien, tendremos herramientas suficientes para que nuestro entorno y quienes hacen parte de él también lo estén. La segunda, es que nuestro foco debe estar en “nosotros” no en “los otros”, asumiendo el reto permanente de ser mejores todos los días.
Bien lo dice el psicólogo norteamericano Wayne Dyer “Nuestra meta no debe consistir en ser mejor que los demás, sino ser mejor de lo que fuimos”.
Y es que debemos dejar la manía de vivir en función de los otros, de compararnos, de vivir pendientes del qué dirán, de lo que los otros pueden llegar a pensar de nosotros, abandonando muchas veces nuestra propia identidad, incluso llegando al punto de vivir en medio de una película en la cual actuamos permanentemente.
Para muchos las redes sociales son la vitrina a través de la cual exhiben una vida ficticia, una vida que les han vendido como la vida ideal, el modelo de vida que hay que seguir, el cual está muy lejos no solo de lo que verdaderamente viven, sino también de lo que debe ser una vida con sentido, con un propósito que nos asegure conocer para qué estamos en este mundo, para qué nos levantamos todos los días llenos de pasión a hacer lo que hacemos.
Esta vida con propósito se debe reflejar también en las organizaciones. Ha quedado demostrado a través de esta pandemia que las organizaciones con un propósito claro, que está mucho más allá del solo hecho de ganar dinero, han logrado mantenerse con mayor solidez, gracias a que son mucho mejor valoradas por sus clientes.
De igual forma somos muy dados a juzgar y arreglar la vida de los demás con una facilidad desconcertante, cuando lo que realmente debemos hacer, es ocuparnos primero de la nuestra, aprendiendo a conocernos, aceptándonos tal como somos y ahí sí mirando hacia afuera, ojalá siempre generando valor y ayudando; no juzgando, señalando.
Esto va a contribuir de una manera superlativa a ser mejores personas, algo en lo que hemos venido insistiendo últimamente. Algo que parece muy simple, pero que a veces cuesta y que seguramente marcará la diferencia cuando lo vayamos logrando. Hagamos la pausa necesaria que nos permita darnos la oportunidad de hacer conciencia para ir a la acción y generar cambios verdaderos.
Justo este es el verdadero liderazgo integral, ese que tiene como base “Primero Nosotros”. Es a seguir este modelo de vida a lo que los quiero invitar en esta oportunidad. Así viviremos con un propósito claro, con más independencia, con mucha más tranquilidad, sin tanta manipulación, anteponiendo la solidaridad a esos perversos egos que tanto daño nos hacen; y por supuesto permitiendo que cada cual viva su vida. Les garantizo que no es tan difícil.
Luis Guillermo Buitrago Castro
Comunicación Estratégica y Liderazgo
luisgbuitrago@gmail.com
www.luisguillermobuitrago.com