(Fuente de la imagen: https://agingwithdignity.org/we-must-all-be-part-of-a-culture-of-hope/)

Mucho se ha especulado sobre los diferentes escenarios post covid-19; se ha hablado de lo que va a ser el mundo después de la pandemia, como si estuviéramos seguros de que esto va a terminar. A mi juicio, estos escenarios no se van a presentar ya que el covid-19 es una realidad con la cual tendremos que convivir. Por lo tanto, nuestro presente y nuestro futuro será Con Covid-19, no post Covid-19. Incluso, de acuerdo con las últimas informaciones, el virus conocido inicialmente ha sufrido varias mutaciones. Quiere decir todo esto, que el que está esperando que la situación pase para volver a la normalidad, está perdiendo tiempo precioso. Está dejando de transformarse y de adecuar su vida y su negocio a las nuevas realidades, con todo lo bueno que esto le puede traer.

Definitivamente, ahora más que siempre, tenemos la obligación de actuar, de evolucionar con nuestros proyectos y hacer que las cosas pasen; no podemos seguir esperando que otros se encarguen de las posibles soluciones y entender más bien que en muy buena medida somos los responsables de garantizar la sostenibilidad de nuestros negocios y de construir un futuro prometedor.

Debemos partir de la base que el mundo en que vivimos es otro; personalmente percibo una sociedad más humanizada, pensando más en el ser que en el tener; más colaborativa, más solidaria, siendo mucho más consciente de la protección del medio ambiente y de la inmensa responsabilidad que tenemos unos con otros; pero al mismo tiempo, creo que es urgente tener muy presentes estos nuevos escenarios y acomodarnos rápidamente a ellos. Estamos frente a un consumidor que tiene unas prioridades distintas y que por ende ha cambiado sus hábitos, valorando más las marcas que de verdad se han preocupado por ellos durante estos largos y convulsionados meses, lo que nos obligará a ser excesivamente mejores en la atención que les brindamos y en los productos que les estamos ofreciendo.

Frente al manejo de la crisis, salvo algunas marcadas excepciones, podemos ver cómo los gobiernos han hecho sus mejores esfuerzos frente al manejo de la situación, tomando decisiones complejas, entregando subsidios y ayudas, buscando que la situación no se haga más difícil. Aunque la verdad considero que se les ha ido un poco la mano con el exceso de normas, deberían encontrar la manera de condensarlas y comunicarlas mejor, para que la gente las pueda entender y así facilitar su aplicación.

No tengo la menor duda de que el decidido apoyo del gobierno debe continuar, y por supuesto políticas razonables de prevención deben permanecer, pero cada vez tiene más vigencia el hecho de que el verdadero cuidado está en nosotros. Esto lo hemos escuchado una y otra vez, pero es ahora más que nunca que debemos tenerlo presente; es absolutamente cierto que el autocuidado es y será la mejor arma para protegernos, siendo muy juiciosos en evitar las aglomeraciones y el contacto social. Al final, es lo que nos va a garantizar tener un control mientras llega la tan anhelada vacuna para el covid-19.

Adicional al cuidado de la salud, el gran reto como sociedad y como empresarios también está en nuestras manos. Con esta apertura gradual que se está haciendo, tenemos que fortalecer nuestro aparato productivo, el desempleo ha llegado a unos niveles inmanejables. La economía no resiste más, requiere funcionar urgentemente, eso sí con todos los protocolos y mucha responsabilidad. Las cifras nos dicen que puede ser más grave el hambre ocasionada por la pandemia, que la misma pandemia.

Permítanme insistir en que solo la acción nos va a garantizar salir adelante. Se hace imperativo trabajar decididamente para enfrentar un futuro muy diferente, donde estar en el mundo digital ha dejado de ser una alternativa. Hemos recibido enormes aprendizajes que nos deben hacer reflexionar sobre lo que tenemos que cambiar en nuestras organizaciones. Decisiones que antes se demoraban una eternidad por la excesiva cantidad de trámites al interior de las empresas, se han tomado rápidamente ante el apremio de las nuevas realidades. En muchos casos ha quedado al descubierto, cómo antes de que todo esto empezara, se había entrado en zonas de confort, se asumía que todo estaba funcionando bien, acostumbrándose incluso a la pasividad y a los procesos dispendiosos, que impedían ser más competitivos.

Es ahora cuando debemos acudir a nuestros mentores, levantemos la mano con humildad, busquemos ayuda, tengamos claro que no nos las sabemos todas, generemos asociaciones, trabajemos con nuestros colegas, hagamos alianzas estratégicas; ahora más que nunca como empresarios y como País tenemos que estar unidos, echando mano de nuestra resiliencia como principal protagonista, que sin lugar a duda será la mejor herramienta para emerger de nuevo.

Finalmente, quiero invitar a los colombianos en general a que no seamos inferiores a estos esfuerzos, y apoyemos decididamente a nuestros empresarios, demostrando una vez más que gente buena es lo que tenemos.

Luis Guillermo Buitrago Castro

Consultor y Conferencista en liderazgo y Comunicaciones Estratégicas

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